Te lo digo a gritos en silencio.
Aunque la conversación de mil vueltas buscando un final, mis palabras llevan entre letras un mensaje.
Una desesperante petición de atención.
Un silencio que te pide que hagas algo.
Si, haz algo. Hazlo, sigue. Lucha como yo lo hice.
Duele, duele saber que tu sigues adelante, y es felicidad saberlo, que alegría que no te quedes estancada en el mismo lugar...
Pero no es lo que quiero. Quiero que lo digas. Que lo pidas a gritos como yo.
Que me digas que no quieres que sea así.
Que me digas que me necesitas como yo a ti.
Que me digas que este no es el final si no el principio...
Pero, la decisión estaba en ti... Y lo sabes. Sabes que puedes ser más sin mi. Que conmigo la felicidad es efímera. Que no puedo darte lo que quieres y que en algún otro lugar lo vas a encontrar.
Pero, amiga, ahora extraña, nadie como yo te va a amar.
